Arena negra, Juan Carlos Méndez Guédez

Tu libro, desde el punto de vista de su estructura y de algunos de sus motivos, nos recuerda a Rayuela, del que acabamos de celebrar los 50 años. ¿Crees que esta obra sigue siendo un ejemplo para autores contemporáneos y para los más jóvenes?

En los últimos tiempos Rayuela tiene muy mala prensa. Muchos autores desprecian este libro, quizás poseídos por esa especie de furiosa necesidad de que Cortázar les deje espacio para colocarse ellos en la foto.

Yo creo que es una novela que abrió muchos caminos, que expandió mucho el discurso posible del género. Pero es que en general Cortázar mostró que escribir es el deleite de lo lúdico, que es la posibilidad de no cesar en el juego de las palabras, las estructuras, los significados. El Cortázar cuentista para mí sigue muy vigente. Su fraseo, su mirada, su descomposición de los narradores.

De todas maneras, te confieso que no pensé en esta pieza en concreto al escribir Arena negra. Una de las limitaciones importantes de Rayuela es su mirada sobre la mujer, y yo en mi obra intenté justo lo contrario, ir a la complejidad, a la hondura, a los pliegues más ocultos de lo que puede ser, o de lo que yo imagino es una mujer.

De hecho, nos cuentas esta historia  a través de la voz de un personaje femenino, ¿piensas que este personaje-mujer te permitió transmitir cosas que, quizás, un personaje masculino no te hubiera permitido?

Viví rodeado de mujeres, protegido por ellas, cuidado. Fueron muchas las ocasiones en las que era el único niño, el único adolescente, el único hombre en un mundo de mujeres abandonadas o que habían elegido ser personas solitarias.

Creo que me alimenté de la fuerza de todas ellas, que escuché sus secretos, sus dolores, sus alegrías. De tanto en tanto, al escribir, se me aparecen este tipo de voces y no puedo evitar contar las historias que les suceden. No sé explicártelo de otra manera.

Aunque algunas de tus obras han sido editadas tanto en España como en Venezuela, varias de ellas sólo aparecieron en Europa como Ideograma, Tal vez la lluvia o Árbol de luna. ¿Es cuestión de tiempo?

Espero que sí, que con el tiempo todas mis obras se puedan encontrar en Venezuela o en versiones digitales que permitan el acceso y  la curiosidad a quien lo desee.

Ya tienes cuentos traducidos al francés y pronto los lectores francófonos podremos encontrar por aquí Chulapos Mambo y Tal vez la lluvia. ¿Vives este proceso de “reescritura” de tu obra desde cerca? ¿Cuáles son tus recomendaciones a tus traductores?

Hasta ahora, y digo hasta ahora para no clausurar esa parte de mi vida, estoy negado para los idiomas. He fracasado intentando aprender dos o tres idiomas. No puedo aportar mucho a los traductores, excepto responder largamente a sus dudas y confiar en que ellos encontrarán la mejor solución en cada caso.

Pero ese proceso hoy en día tiene nuevas opciones. A veces me preguntan en concreto a qué árbol me refiero, qué es tal o cual palabra, y puedo enviarles una foto exacta del objeto mencionado. Eso ayuda un poco. Al menos un poco.

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Si vous préférez lire une œuvre de Juan Carlos Méndez Guédez en français, A. de Chatellus a traduit le recueil de contes La Ville de sable pour une édition bilingue (Genève, Albatros, 2011) et deux nouvelles « Les pruniers fleurissent en mars » et « Cinquième étage à droite » pour la revue spécialisée Rue Saint Ambroise (numéros 21 et 24). Un autre récit a été traduit par Gersende Camenen pour le recueil Les Bonnes Nouvelles de l'Amérique latine (Gallimard, 2010). Prochainement, les romans Chulapos Mambo et Tal vez la lluvia seront publiés en français chez Orbis Tertius.

 

Pauline Berlage
Octobre 2013

 

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Pauline Berlage est enseignante à l’ISLV et doctorante à l’Université de Tours/Universitat Autònoma de Barcelona.

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