La venganza de un premio Nobel

Ramon yCajalSantiago Ramón y Cajal fue un médico español especializado en histología y anatomía patológica. Descubrió y describió cómo son las neuronas, las células independientes que forman el sistema nervioso. Su trabajo, crucial para la neurociencia, le valdría recibir en 1906 el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. Escribió libros científicos, pero también publicó otros que nos ayudan a conocer su faceta más humana, como Cuentos de vacaciones (narraciones pseudocientíficas), Charlas de café e Historia de mi labor científica.

El volumen titulado Cuentos de vacaciones se publicó en 1905 y contiene una serie de cuentos mediante los cuales el autor plantea dilemas sociales y morales de compleja solución producidos por algún tipo de avance científico. Si bien estos cuentos no siempre pertenecen al género de la ciencia ficción, algunos demuestran un claro elemento especulativo muy cercano al género. Nos centraremos en uno de ellos, titulado “A secreto agravio, secreta venganza”, como ejemplo paradigmático de esta dimensión literaria de la obra de Ramón y Cajal.

En A secreto agravio, secreta venganza, el autor nos expone algunos rasgos salientes de la curiosa psicología amoral y egoísta de los sabios. Con este cuento Santiago Ramón y Cajal nos muestra una ciencia amoral en las que se emplean medios que son injustos, un tópico frecuente de la literatura de ciencia ficción de todo el siglo XX. Durante este siglo se crearía el cliché literario del “científico loco” que solo piensa en la ciencia y para quien la moral tiene una importancia secundaria.

cajalEl personaje principal de  A secreto agravio, secreta venganza es el doctor alemán Max Forschung, un científico que ha hecho brillantes descubrimientos fisiológicos y bacteriológicos y goza de una gloriosa reputación. Tiene cincuenta años y permanece célibe porque dedica todo su tiempo a la ciencia, hasta que encuentra a Miss Emma Sanderson, norteamericana de veinticuatro años y doctora en Filosofía y Medicina por la Universidad de Berlín. Son una pareja muy compatible, los dos buscan la gloria y el progreso científico. Se casan y su luna de miel la hacen en Oriente Próximo buscando nuevos bacilos patógenos.

No transcurre mucho tiempo antes de que el sabio descubra una triste verdad: su esposa lo engaña con su ayudante, el doctor Heinrich Mosser, alemán pero con el aspecto físico de un conquistador meridional. Dado que el doctor Forschung es un científico muy hábil, piensa vengarse utilizando medios científicos. Su intención es experimentar con los amantes, convertirlos en conejillos de Indias. Quiere contaminar a Mosser y a su propia mujer con el bacilo de la tuberculosis vacuna: de esta manera demuestra a la vez la infidelidad y el hecho de que la tuberculosis animal puede transmitirse a los humanos. Puesto que Mosser humedecía con la lengua la goma de las etiquetas de las preparaciones científicas, el profesor Forschung realiza su venganza infectando las etiquetas. Mosser efectivamente contrae la enfermedad. Como la tuberculosis se transmite mediante el beso, Emma se contagia también.

Tres meses después del experimento, sin saber de su verdadera enfermedad, la pareja es internada en un célebre senatorio de tuberculosos. Creían que se trataba de una simple gripe, y descubren la verdad al leer en un periódico la noticia del descubrimiento del Doctor Forschung, que éste presenta como accidental.

Mosser muere y, después de su muerte, Emma comprende que en realidad no lo amaba. El afecto hacia él fue una inclinación sensual, sin raíces en el espíritu. En presencia de Mosser, que era muy hermoso, “sentía desfallecer sus sentidos y nublarse la voluntad; pero en cuanto perdía de vista al irresistible seductor, la razón recobraba sus fueros”. Pese a todo, Emma —se nos dice— no llegó a manchar el honor conyugal. “Hubo, ciertamente, […] arranques y efusiones de cariño”, pero “quedó sin vadear el Rubicón de la honra”. Entre tanto, el doctor Forschung trabaja noche y día para descubrir un suero antituberculoso. Emma es finalmente salvada y el matrimonio se reconcilia.

Aunque el matrimonio se recompone, el marido está celoso de la belleza de su esposa y descubre una solución, a la que llama “senilina”, que envejece físicamente a Emma. La “senilina” es una sustancia que respeta íntegramente el vigor de los órganos internos, limitando solamente la belleza. ¿Es la belleza un problema para la felicidad en el matrimonio? Eso piensa el protagonista de este relato, que primero puso su matrimonio al servicio de la ciencia, y luego pone la ciencia al servicio de su matrimonio.

El cuento se cierra con una reflexión sobre España. Ramón y Cajal critica la sociedad española de principios del siglo XX porque considera que rechaza las novedades. En la España del siglo XX no había innovaciones científicas y su carácter era el de una nación envejecida, una sociedad decadente, misoneísta y mística. Ramón y Cajal demostró con su ejemplo que era posible hacer en España ciencia de primera magnitud, y reflexionó literariamente —por cierto, con un sabroso estilo— sobre el lugar que ésta debía jugar en la sociedad.

 

Elona Jaupi
Février 2014

crayongris2Elona Jaupi est étudiante en 3e année de Bachelier en Langues et Littératures Modernes